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LAS MATEMÁTICAS ¿UNA CAJA DE HERRAMIENTAS PARA SOLUCIONARLO TODO EN LA VIDA?


LAS MATEMÁTICAS ¿UNA CAJA DE HERRAMIENTAS PARA SOLUCIONARLO TODO EN LA VIDA? ¿PARA QUÉ ME SIRVE APRENDER EL BINOMIO CUADRADO PERFECTO? Por: Mtro. Jorge Alfonso Sierra Q.

Hay preguntas recurrentes – y muy válidas – por parte de la mayoría de los estudiantes, de sus padres y hasta de sus mismos docentes de primaria sobre las matemáticas que se enseña en las escuelas y colegios.

Escuchar, por ejemplo, a un joven clamar a gritos una respuesta convincente a su ansioso interrogante, ¿para qué me sirve aprender sobre “el Binomio cuadrado perfecto”? o, ¿Dónde aplico las “factorizaciones”, las “integrales” o “las derivadas” en mi vida?

Empecemos por decir que la pregunta esconde una trampa: en realidad, ¿todo lo que estudiamos y aprendemos debe tener una aplicación práctica en la vida? Si la respuesta fuera sí, nadie estudiaría nada. ¿Cuándo aplico “la fotosíntesis” para solucionar un problema emocional de mi existencia? ¿En qué momento de la vida me sirve saber que Francisco I perdió la batalla de Pavía con Carlos V? ¿Qué hago con saber qué Bogotá es la capital de Colombia y que en Guadalajara nació el mariachi mexicano?

Lo concreto es que saber nos hace más conscientes y ciudadanos. Y en lo que respecta a las matemáticas es cierto que no es una caja de herramientas, como no lo es ninguna de las otras materias que vemos en nuestros estudios primarios y secundarios. No es “algo” a lo que se pueda recurrir para solucionar conflictos y desafíos de la vida. Para solucionar los problemas que a diario nos presenta la existencia, sin duda se necesita mucho más que las matemáticas, la biología o la filosofía.

Pero hay algo clave que nos enseñan las matemáticas y que se hace esencial a medida que crecemos: nos enseñan a pensar.

Mucho de lo que aprendemos en las matemáticas son verdades, como es una verdad que el fuego quema, que yo me llamo “Jorge” y que, si arrojamos basura a los mares, el mundo se contamina. Las “derivadas” son verdades, “el binomio cuadrado perfecto” también. Y entonces, ¿para que me sirven? Para saber, igual que me sirve saber que si salgo a la calle con lluvia me mojo o que si me voy para Nueva Delhi sin saber hablar hindú, voy a tener problemas para comunicarme.

Si por mí fuera, yo quietaría muchas de las enseñanzas que nos han traído las matemáticas modernas en la primaria y secundaria pues ya se sabe que las mismas no fueron concebidas para ser enseñadas en esos niveles.

Pero, aun así, - o precisamente por esto - lo que le da una gran importancia a las matemáticas es el desarrollo del “pensamiento matemático”.

¿Y qué es el pensamiento matemático, ese en donde específicamente radica la gran importancia de las matemáticas? El pensamiento matemático es aquello que, entre otros valores, nos enseña a abstraer, a generalizar, a identificar, a deducir, a confrontar, a representar mentalmente, a evaluar, a seriar, a interpretar, a comparar, todas estas “operaciones mentales” claves en el desarrollo cognitivo del ser humano. Cuando las matemáticas nos permiten tomar un dato, abstraerlo y luego generalizar un concepto, nos está enseñando un proceso esencial en investigación.

Las matemáticas nos enseñan a razonar correctamente, y eso es lo que necesitamos para entender lo que nos sucede, lo que pasa en el mundo y en nuestro alrededor.

Convenzámonos: Si no se razona, no se entiende el espacio en que vivimos.

Si la gente no entiende porqué pasan las cosas, como, por ejemplo, cómo funciona el sistema económico, cómo funciona la política, cómo funciona el servicio de agua, los medios de comunicación, vivirán como zombis, reaccionando ante lo que les pasa y ese es el primer escalón para ser manipulados y engañados.

Porque cuando queremos un acercamiento a cualquier disciplina desde un método científico, necesitamos la aplicación de las matemáticas. Por eso también las matemáticas son un instrumento poderosísimo para ejercer la ciudadanía de una forma crítica. O sea, para ejercer la libertad como ciudadanos, necesitamos las matemáticas.


Cuando requerimos analizar los hechos y las situaciones con rigor, cuando se deben aislar los problemas y analizarlos, cuando se deben interpretar los datos o los argumentos, se tiene que recurrir a la lógica y a las estadísticas.

Y es que siempre habrá alguien que tratará de aprovechar los fallos lógicos, que tratará de falsear o disfrazar los datos para manipular, para engañar, pero si se tiene a la mano el rigor de las matemáticas y la capacidad de entender eso, es más difícil que los argumentos falaces se impongan en la mente.


Al final, concibamos que el tener un pensamiento matemático bien estructurado - que es la parte mas importante y más aplicada de las matemáticas- nos ayuda a entender. Y entender no es otra cosa que ciencia. Porque eso es lo que al final hace la ciencia: Tratar y buscar comprender lo que sucede en el mundo.

Así - si se me permite la expresión - las matemáticas nos hacen libres.

Y dada esta gloriosa concesión que nos otorgan las matemáticas, qué importa si para ello deba aprender qué es “el binomio cuadrado perfecto”.

Próximo artículo: Si no me aprendo las tablas, soy burro para las matemáticas, ¿verdad o engaño?

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